La Imagen Personal está asociada a tu historia emocional y tu inteligencia emocional actual, a tu emancipación del pasado y a tu capacidad de autorrealizarte.

La apariencia es la última en llegar a tu identidad porque el fondo de tus intenciones, tus necesidades y tu soltura en la relación con el mundo, nace antes: en tu interior.

Y además, puedes aprender a mirar tu parte externa como un espejo supergeneroso para saber lo que realmente necesitas para avanzar y alcanzar un estado de mayor libertad personal.

Para comprenderlo un poco mejor te hablaré hoy de los 3 pilares psicológicos que sostienen lo que ves por fuera:

1. Pilar Emocional:

La imagen externa por sus características genera estados emocionales que activan los 5 sentidos de quien te ve y también de ti mismo, pero esto ya lo sabes. Ahí estamos hablando del efecto de lo de fuera en lo de dentro.

Si lo miramos en la dirección contraria, de dentro hacia afuera, podrás entender porqué tienes tendencia a usar un estilo de vida más sencillo o más sofisticado.

Sigue la ruta de las siguientes preguntas  😉

  • ¿Cuánto comprendes lo que sientes?

A veces ni siquiera sabemos ponerle nombre a lo que pasa por ahí dentro y ésa es la primera tarea para no verte secuestrado por una Imagen Ideal, que flaco favor le hace a tu autoestima.

La capacidad de reconocer, aceptar y canalizar tus emociones es clave para saber quien eres, porque si no será más fácil que te identifiques con tus sentimientos y tú no eres éso. Las emociones son un semáforo que te avisa de que está pasando en ti y en relación a tu entorno. Si quieres saber más échale un vistazo a lo que te viene a contar la Alegría, la Tristeza, el Miedo, el Enfado, el Asco o la Sorpresa.

Es más, hay un siguiente nivel, en el cuál, cuando consigues darte cuenta de para qué sientes lo que sientes entonces estás más disponible para dirigirte hacia tus metas y compartir con los demás de una forma más sana.

  • ¿Te haces responsable de lo que sientes?:

Cuando tenemos músculo emocional dejamos de proyectar en los demás y uff…. esto es el principio de la liberación.

¿Qué significa?

Que dejas de ver en tu vecino, historias que en realidad son tuyas y están resolver.

Y también dejas de crear una imagen personal reactiva para «defenderte», «diferenciarte», «compararte»…

Porque te pones a ver con cariño lo que tú mismo consideras debilidades y lo más potente, huyes de la vanidad de aparentar que eres fuerte porque estás tranquilo con tu parte vulnerable e imperfecta.

Esto se nota mucho en la apariencia y no por las combinaciones espectaculares que hagas sino porque hay más ligereza en tu presentación, vayas con jeans o lleves joyas de chanel. En general suele repetirse más la intención de crear un look que «dé fuerza», que «inspire» y que en definitiva que te ayude a «ser reconocido» como deseas, pero por ahí no va…

Dejar de depender del qué me pongo, viene de dejar de ir con una bola atada en el pie que te impide ser tú, y ahí tiene mucha importancia tu relación con tu historia de vida.

Entonces

  • «Interdependízate»:

Si vamos con la mochila de vida cargadita de temas pendientes es de lo más normal buscar apoyos en otras personas para que te ayuden a sostener el macuto y eso es precioso hasta el punto en el que otra persona: tu mejor amiga, tu pareja, tu jefe o la señora que te atiende en el supermercado, se carga… con cosas que nos son suyas.

Esto en psicología le llamamos juegos; y el juego siempre es de 2 o más. Jugamos con otro a que nos complete lo que quizá no puede darnos y es que el otro también está proyectando necesidades suyas en ti. Un lío.

En este caso hablo del juego de la dependencia; necesitar constantemente de alguien que te ayude a ser quien eres. Desde fuera puede verse hermoso: «¿Has visto que bien se llevan y cuanto se adoran? Amor, no es apego.

De hecho las relaciones más adultas y enriquecedoras son las «Interdependientes«: dos adultos que tienen propósitos de vida distintos, compatibles, y que se apoyan y caminan en líneas paralelas, juntándose en todos los puntos del camino para respetarse, amarse y compartirse (no uno sobre otro todo el rato).

Esto es distinto de la independencia que parece «tan moderna», en la que las relaciones van como cada una por un lado sin momentos importantes de vínculo de calidad y calidez. Sería como ir caminando en líneas paralelas que «nunca» se tocan. Aquí también habría lío: el miedo al Contacto.

Esto es imagen, porque las relaciones personales afectan a cómo te ves a ti mismo y a quien eres en realidad.

Con la dependencia cuesta soltar lo que no eres (relaciones tóxicas) y poner límites asertivos. Con las relaciones «independientes» at all no hay vínculo… Y con las interdependientes, hay límites basados en la escucha de las necesidades de cada uno y hay riesgo y valentía para abrir tu corazón a otros en relaciones nutritivas que aportan crecimiento mutuo.

Una vez una clienta me dijo:

  • «Pues ahora mismo no sé quien soy ni si me gusta lo que veo, ¿cómo puedo aprender a amarme y a amar a los demás?
  • Le contesté: ¿cómo se aprende a conducir?
  • Y respondió: pues conduciendo, ok, me pondré a amar 🙂

Como verás, en el nivel emocional hay mucha tela que cortar pero el premio de abordarlas es la Confianza en ti mismo y desarrollar un estilo de Comunicación sano, positivo y maduro.

2. Pilar del sentido de pertenencia:

Si notas que por mucho músculo que hagas a nivel emocional no consigues avanzar porque «la historia se repite», quizá tengas que ahondar en un nivel más profundo. Muchas veces las mochilas sin vaciar, la expectativas que ponemos en el mundo y en las personas y la sensación de no conseguir una imagen externa que te represente (tu apariencia, tu estilo de vida, tu universo…), tiene que ver con tu lealtad inconsciente a determinado grupo de personas que influyen además en tu modelo éxito.

Como el primer grupo de referencia es la familia, sea estupenda tu relación con ellos o hayas roto con ésos modelos, en el ser humano hay un registro profundo de «ser uno mismo, en relación a otros». Reflexiona pues si tus lealtades ocultas, te potencian o te limitan…

Después de estos años me ha dado cuenta como: tanto seguir los estándares del origen familiar y educación a pies juntillas, como proyectar una imagen radicalmente opuesta; tienen que ver ambos extremos con lo mismo: el sentido de pertenencia y la necesidad de ser reconocido.

A veces queremos ser tan evolucionados o finalmente «distintos» del origen, que con más claridad queda el enganche con modelos del pasado.

Por éso los 7 Estilos Universales son estereotipos sociales que transformar, no formas de encontrar tu estilo. Tu verdadera forma de expresión individual tiene que ver con trascender tus limitaciones y como no, integrando el pasado con gratitud. Algunas pistas sobre este tipo de «modelos de reconocimiento» te darán leer lo que cuentan al mundo el Estilo Natural, el Tradicional, el Elegante, el Romántico, el Seductor, el Creativo y el Dramático.

Cuando veo clientes que luchan demasiado por querer alcanzar una Imagen Ideal que no llega nunca el primer trabajo es elaborar: la culpa que sienten por no ser lo perfecto que podría esperar sus referentes. Y con «perfecto» me refiero a «no alcanzar el estándar de lo que se supone que tienes que ser». Entonces la Imagen Real, sonríe, se libera y comienza el camino verdadero de emancipación emocional.

La Imagen externa tiene mucho que ver también con la necesidad de aprobación, he visto casos de personas que invierten muchísima energía en parecer una cosa que no son (por dentro y por fuera) para de esta forma poder tener una pildorita de amor.

Y es que la apariencia está vinculada a la búsqueda de ése Amor que anhelamos todos y que a veces es más fácil de falsear por fuera que de trabajar por dentro para luego elegir y entonces, ser más auténtico.

En definitiva, trabajar con este nivel más profundo de la imagen personal no es entrar en reto con tus cosas, relaciones o expectativas, sino más bien, no intentar cambiar a nadie; sobre todo, porque no es posible 🙂

3. ¿Estás contento con tu vida?

Algunos le llaman a esto el «nivel existencial».

Estás tú y tu imagen como chivato de tu historia y aspiraciones, tu enfoque de relaciones, tu pasado, tus referentes, el mundo… Entiendo perfectamente que pueda desbordar sólo la idea de cuantas cosas hay que trabajar para poder vivir mejor y disfrutar de una imagen que te represente y genere vínculos de calidad.

A veces todo es más sencillo. Dejar de poner el dedo en mil y una yagas que tengas, o dejarlo de poner en el ojo ajeno.

  • ¿Haces realmente lo que te gusta?
  • ¿Tienes tiempo libre?
  • ¿Comes rico?
  • No estoy frivolizando 😉 (aunque a veces viene bien también)

La culpa de la que hablábamos antes tiene dos resultados:

  • Entregar el poder a algo o alguien: esto pasa cuando no queremos reconocer que hemos recibido mucho y no sabemos cómo compensarlo. Y claro, siendo adulto atribuimos estas historias o las circunstancias a otros para evitar hacernos responsables del regalo que la vida nos ha dado. Abordar este asunto romperá las barreras y limitaciones que te impiden ser tú mismo y parará el run-run interno.
  • El agradecimiento profundo y verdadero a aquello que no podemos cambiar, nos saca del amor infantil de querer todavía de adulto que el mundo sea del color que queríamos cuando éramos pequeños. La gratitud es la solución, no puede ser fingida, es un estado interno de madurez. Entonces, comenzarás a recibir con mayor apertura y abundancia; lo pequeño y bello comienzas a verlo como algo grande, y las experiencias potentes y positivas en regalos que se te escapan de la manos y los quieres: DAR.

Por éso te decía antes que la plenitud del día a día está en que lo que hagas, sientas y pienses tenga sentido.

¿Hacía dónde te diriges?

Y sobre todo

¿Para qué?

En el momento en el que encuentras dirección a tu vida, tu imagen externa se coloca y se aligeran también las cargas que puedas traer en tu mochila.

Si tu estás contento, afectarás positivamente a la imagen de tu pasado, a tu apariencia actual, a tus relaciones y también a tu emancipación emocional.

Sobre todo tu niño interior. Dejará de secuestrar tus comportamientos y la necesidad de llamar a atención por fuera para que emerja en ti, tu genio: el que es capaz de «crear experiencias» llenas de armonía para ti y tu entorno.

Creo firmemente que la libertad personal se conquista y lleva su trabajo, pero merece la pena.

Si resumimos el proceso que te propongo:

  1. Trabaja tu emancipación emocional.
  2. Acepta lo que no puedes cambiar activando la Gratitud.
  3. Busca el sentido de lo que sientes, piensas y haces; de quien eres 🙂

Y si tienes que quedar con uno, quédate con el último punto que te ayudará a «tirar» de los demás.

¿En qué punto de este camino te encuentras?

¿Cuál de estas estrategias quieres poner en marcha para liberar tu imagen de los estereotipos o cargas del pasado?

Déjame tus comentarios más abajo.

Me encantará leerte.

Un abrazo

Domingo

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