El o la «Protagonista», «Antipático/a», «Víctima», «Retador/a»,»Condescendiente», «Pasota», «Vergonzoso/a», «Arrogante», «Perfeccionista», «Miedoso», «Autorrealizado», «Kamikaze», «Irresponsable», «Adulador/a», «Salvador/a»…
El o la «Guay», «Pobrecito/a de mí», «Yo puedo con todo», «Ya me lo sé», «Sólo no puedo», «A mí no me afecta»…
Y un largo elenco de personajes, de supuestas formas de ser que a veces nos secuestran tomando el poder de nuestras vidas.
Le llamo de diferentes maneras: «La Máscara», «el Personaje» o el «Estilo Limitante».
¿A qué se refiere?:
- Al conjunto de comportamientos que «te hacen hacer».
- Al reflejo de los factores negativos que bloquean tu desarrollo personal y tu mejor versión (Estilo Potenciador).
- “Lo que te impide ser tu mismo”.
- Los aspectos físicos que rechazas.
- La herida emocional (o heridas) sin sanar.
- La Máscara social que usas con tu imagen externa para aparentar “cómo quieres ser reconocido”
¿Cuándo nació?
Tiene su origen en un momento de tu vida en que te fue útil adoptar una posición vital y actitudes que fueron reforzada por otros y además te ayudó a sobrevivir. De alguna manera sirvió para sentirte amado, protegido e incluido.
Por éso vamos a hablarle con cariño porque además, este personaje, es el primero que se presenta en cuanto te pones a salir de la zona de confort, en la situaciones conflictivas y en los momentos de estrés. ¿Te suena?
Básicamente, la máscara, es una construcción psicológica que contiene una serie de creencias, opiniones, patrones de conducta y emocionalidad características.
Como ves, surge con un intensión positiva que te sirvió en su momento y que deja de ser útil cuando pasado el tiempo ya no te aporta beneficios reales sino que más bien, te limita.
¿Y qué buenas intenciones pudo haber en haberte etiquetado como «irresponsable», «miedoso» o «protagonista»…?
La de cubrir una necesidad más profunda: quizá la de no hacerte cargo de asuntos que te hubieran hecho daño, o para ser observador y precavido y capear las amenazas del entorno, o la de aprender a darte valor ante tanta crítica…
Depende.
Como ves hay máscaras más bonitas y otras más feas, pero no es el caso. Tanto agradables como desagradables son personajes, porque nos limitan.
La cuestión es que si te sirvió antes y ahora no, no se te quede pegado ése traje que usaste.
¿Cómo se manifiesta?
Son conductas visibles pero también invisibles.
El Personaje te habla al oído y eres tú el que únicamente le escuchas. Se presenta en tu día a día a través de aquello en lo que realmente piensas y no dices. En aquello que quieres llevar acabo y no consumas, haciendo otra cosa distinta en contra incluso.
Sí, es un poco sofisticado, como los enredos internos que a veces nos enmarañan.
Son ésas partes de tí mismo/a que no permiten expresarte en el mundo tal y como eres en realidad (Imagen Real).
Y en resumen, es el famoso/a auto-saboteador y crítico interno.
¿Cuando aparece?
A veces es difícil cazarle porque aparece en automático, cuando menos te lo esperas. Lo que sí puedes hacer seguro es identificar es en qué circunstancias se presenta:
- Cuando te sientes que sales especialmente de la zona de confort; en aquellas situaciones en las que quizá no te sirven las habilidades de siempre, experimentes el rechazo o descuento de otras personas o las situaciones de conflicto de valores.
- Ante el cuestionamiento de tus propios sueños, de lo que más deseas en la vida y aún no has conseguido.
- En situaciones en las que te bloqueas: ¿cómo lo haces?
¡Zás! Aparece, toma el poder y comienza con su discurso en repeat de: «no puedo», «siempre me pasa esto a mí», «los demás tienen la culpa», «yo soy más importante», etc, etc, etc.

¿Qué imagen tiene?
Hay algo gracioso y es que como realmente no eres tú, tu personaje tiene cierta torpeza, se tropieza con la vida porque no tiene tanta fortaleza interior como tu mejor versión (Tu guía interno).
Al estar asociado a un origen en el que esos comportamientos te sacaron adelante para responder ante otros: copia la imagen de otros. Sí, sí, toma prestado de fuera cógidos estéticos para ser reconocido.
Y es en este punto en el que entran en juego los 7 Estilos Universales, que son modelos de éxito y reconocimiento estandarizados, estilos de vida socialmente aceptados y valorados al menos por alguna tribu. Así que aunque dentro de la inmensa variedad de máscaras posibles, la mayoría caen en estereotipos: naturales, tradicionales, elegantes, románticos, seductores, creativos y dramáticos.
Como en toda obra de teatro que se precie, el vestuario es importante para presentarse al mundo, y de forma inconsciente tu personaje también te hace elegir una forma de presentarse al mundo.
Esto es muy fácil de detectar: le pillarás cuando tu imagen externa no te encaje o te encaje tanto que te vuelva vanidoso/a. Estará claro porque algo te dirá que no «estás en tu propia piel» o «dependes del aplauso de tu estética».
¿Cómo es la forma habitual de relacionarnos con él?
Es esquivo pero es posible cogerle por la orejas.
Cada vez que ante un error, un conflicto o una situación en la que te sientas limitado sientas: vanidad (tapar aquello que consideramos vulnerable de forma frívola), orgullo (no reconocer los propios actos), o soberbia (ponerse por encima).
Es que claro, si vas a querer destaparle así por la buenas, te dirá muy alto que no eres quien eres sino lo que te dice él que «tienes que ser» y que además, le des las gracias por contarte la verdad suprema de tu forma de ser.
Otra alternativa es dejar de identificarnos con nuestras conductas limitante y recuperar tu poder activando tu versión más positiva y creadora: tu Voz Guía.
¿Cómo transformarlo?
A través del reconocimiento de tu propia vulnerabilidad no como algo malo o como algo que hace que seas «incorrecto» o «imperfecto/a». Detecta las conductas que te limitan para ser consciente de hasta donde llegas sin «reaccionar».
Identifica todo aquello en lo que «saltas en automático».
Obsérvate cada día para ver quien está más presente, si la versión cálida y benévola que quiere aprender y crecer aunque las cosas no salgan, o la versión en la que te «etiquetas» deliberadamente como un determinado tipo de persona.
Detecta las necesidades que están sin cubrir debajo de tus conductas limitantes.
¿Qué tienes pendiente contigo que te empuja a ser «miedoso», «sabelotodo», «el importante», «víctima»?
Recuerda que lo de fuera, la interacción con los demás y la vida misma, nos devuelve el espejo de aquello que somos y también de lo que no somos.
Si miramos sólo que «no salió bien», estarás en Marco Fracaso.
Si pones el foco en el Marco Aprendizaje, tendrás mayores posibilidades de crecer.
Al preguntarte que cosas nuevas puedes hacer y contactar contigo con paciencia, descubrirás que quizá detrás del/la «miedoso/a» hay una necesidad de seguridad por cubrir que no has prestado atención; o que tras el/la «sabelotodo» hay una necesidad de reconocimiento, o tras «el/la importante» una necesidad de dignificarte, o detrás de la «víctima» una necesidad de hacerte responsable de tu vida de una vez por todas…
¿Desaparecerá?
No lo sé 🙂
Lo que sí sé es que abrazar ésa parte de nosotros mismos que nos limita nos hace sentir más completos, con más recursos y nos regala un curso gratuito de desarrollo personal de por vida.
A veces pasa que descubrimos el primer personaje, aprendemos, lo transformamos en fortalezas y una nueva visión de la vida… y luego detectamos uno nuevo que andaba escondido por ahí, en el fondo del armario de nuestro inconsciente.
Entonces volvemos a tomar interés por superarnos y seguir avanzando, hasta hacernos mucho más dueños de nuestra propia imperfección con soltura, humildad y cierta gracia.
¿Has detectado cuál es tu «personaje»? ¿Qué ventajas te aporta saber cómo es?
Deja tus comentarios más abajo.
Me encantará leerte.
Un abrazo
Domingo Delgado
[…] útiles o reconocibles por el entorno como válidos como también negativos. Por éso, las máscaras que nos ponemos, a veces son tan difíciles de […]