¿Qué es el Patrón de Perfección?

Suena a ser perfeccionista pero no es exactamente eso, es algo que va mucho más allá.

  • Es el escudo de protección que te pones para protegerte pero que al mismo tiempo impide que seas más feliz.
  • Es el conjunto de mecanismos de defensa, proyecciones y juegos que usamos para no sentir nuestra propia vulnerabilidad (porque creemos que es «mala»).
  • Proviene de una lealtad ciega e inconsciente a las expectativas que pusieron en nosotros y lo que «se supone que tienes que ser» según los cánones establecidos: por género, rol, edad, momento vital, profesión, etc. Básicamente es la búsqueda de reconocimiento y valor, disfrazada de entusiasmo por un éxito elegido que finalmente no es tuyo y: te drena y pone «el premio»: fuera..
  • Es un botón automático que salta cada vez que piensas que cometes un error, te van a herir o corres riesgo de verte expuesto.

Como ves es contradictorio, tanto como nuestras hermosas incoherencias que vemos tan feas, cuando en realidad, son la clave para dejar de vivir en lucha. Vamos por partes:

El Patrón de Perfección tapa tu parte vulnerable

Es natural que custodies lo que crees que es débil en ti: quizá la inseguridad que sientes por no tener ciertas habilidades, el miedo a que te hagan daño, temor a no ser suficiente o a ser válido para otras personas, etc.

Y la lista podría ser infinita dependiendo de cada uno. El tema es que ante aquello que consideramos que tiene poco valor en nosotros mismos ¡Zás! Echamos encima una capa de fortaleza que llegamos a creernos 100% y defendemos a capa y espada para que no se caiga el montaje que hemos construido.

En cuanto tapas tu vulnerabilidad pasan dos cosas de forma inconsciente:

  1. Aumenta la sensación de vulnerabilidad: lo que tapas, coge poder.
  2. Reaccionas en automático con una serie de comportamientos tóxicos que te limitan, más que ayudarte.

Algunos ejemplos:

  • ¿Te has visto alguna vez complaciendo de forma automática sin saber bien por qué? Es un automático que te impide ser tú.
  • ¿Has observado como «te esfuerzas» todo el rato como si fueras un gladiador? Es un mensaje inconsciente de: no logres.
  • ¿Y yendo por la vida a toda máquina como si perdieras un tren? Es un automático para «no permitirte vivir»
  • ¿Haciéndote el/la «fuerte»? Es la forma perfecta para obligarte a «no sentir».
  • ¿O buscando exageradamente el perfeccionismo jactándote de lo exigente que eres? Pues es la voz que te dice «no disfrutes» «no sientas placer».
  • ¿Y comparándote de forma automática aunque luego digas que no te importa? Es un automático para colocarte «por debajo» de quien te comparas.

Y unos cuantos más que en su conjunto se llaman: mandatos psicológicos, muros temerarios que te separan:

  • De quien eres en realidad.
  • De tu sensibilidad.
  • De tu humanidad.
  • De tu verdadero camino de desarrollo personal.
  • Y del bello tesoro que hay en tu interior.

Como ves, son patrones que refuerzan el bucle justo de lo que más se repite en tu vida. Para salir de ahí necesitas:

  1. Detectar el mandato psicológico que más se repite.
  2. Observar cuando pasa y con quien.
  3. Darte permiso para verte en perspectiva.
  4. Saber que no va a pasar nada que «en realidad» no supieses ya 🙂
  5. Y apoyarte en tus emociones.

El Patrón de perfección impide que sientas

Al protegernos de mirar nuestro patrón de perfección se tapa todo, no sólo «lo malo».

Es como cerrar la puerta de una casa; no entra ni sale nada, hecho que hace que la necesidad que tengas, se haga más grande.

Y entonces la sensación de vacío aumenta y más grande se hará la necesidad de fortalecer el muro para defender aún más tus ideas erráticas sobre ti mismo. Hasta el punto que incluso, algunas personas se pierden…. dentro de sí mismas.

Entonces.

  • Aumenta la necesidad de justificarte.
  • Crece como si nada, la arrogancia de defender estrategias de vida en las que son los demás lo que fallan.
  • Incrementa la envidia, la vanidad, el orgullo y la soberbia.
  • Sube el aumento del espejo que te devuelven los demás: lo que criticas en otro se vuelve muy presente, precisamente un regalo del universo para que mires en que la paja que ves en el ojo ajeno, ejem, es tuya 😉

Cerrados en banda, no vamos a ser más felices y estamos supeditados a un «patrón de perfección» que cada vez pone más lejos de nosotros la posibilidad de sentirte: más tranquilo, más pleno y por su puesto más tú.

Pero hay una forma de salir de ahí

El bucle de salida: va de sentir

Esto significa, exponerte a ti mismo sin juicio. Es darte la oportunidad de comprender qué pasa dentro de ti para poder satisfacer tus necesidades sin tener que crear una máscara.

Esto no tiene nada que ver con ser tímido o extrovertido. Es tomar una seria decisión de ponerte de pie dentro de ti y hacerte cargo de tu propio talento sin juicio y de forma incondicional.

Te invito a un acto de total sinceridad contigo mismo para liberar las cadenas que impidan la expresión de tu individualidad.

No es cuestión de mirar «lo negativo» o sólo «lo positivo». Es cuestión de darle la bienvenida a todo lo que te ocurra por dentro, ser consciente de ello y darle crédito, mucho crédito.

No somos perfectos y reconocer esto (de verdad) es muy liberador.

Algunas pistas para «entrar» en tus emociones y transformar tu vulnerabilidad en belleza:

  • Piensa que cuando te viene a visitar la Alegría quiere contarte algo importante sobre ti. Quiere decirte que has logrado algo. Si te das cuenta que no te permites expresarla, es bueno, porque te informa que te toca trabajar tu merecimiento y valía y dejar a un lado la falsa modestia. Si ya te la permites y expresas, ¡felicidades! te ayudará ver el camino para expandirte y crecer.
  • Con la tristeza pasa que te informa de la pérdida y es bueno que sepas que necesitas espacio para ti, no es malo, es necesario para reconocer el vacío que queda cuando algo o alguien se marcha. Y tiene una ventaja secreta que si te la permites te ayudará a entrar en una intimidad contigo que no consigue ninguna otra emoción agradable.
  • Tu querido enfado alerta de los límites que te han puesto y quizá no sean justos. Si le dejas hablarte te ayudará a saber en qué necesitas ser asertivo. Y aunque pienses que puede ser «malo», te viene a dar: energía y fuerza, sólo necesitas canalizarlo a través de la vía adecuada.
  • Y el miedo, ¡qué bondadoso es! Quiere decirte que te faltan recursos, si no lo escuchas dejará de sentirse atendido y puede impulsarte a huir, atacar o lo peor: bloquearte. Deja que te cuente porque además te dará una varita mágica que te servirá para: atender, lo importante.

Y así con todo el abanico de emociones, que sí, nos hacen sentir vulnerables pero para ser más grandes, para tener más fortaleza interior y para mirar el mundo, el entorno y los demás con agradecimiento, porque estamos aquí para crecer.

Lo cambia todo, y te invito a ver la cara oculta y positiva de sentir, de tocar «blandito» porque así también aumentarás tu capacidad de sentir placer, amor, alegría, bienestar, seguridad… y los bonus extra de regalo: comprender de forma más emocionalmente inteligente a las personas que te rodean, descubrir tu propósito de vida y contribuir a un mundo más pleno desde tu trocito de realidad.

¿Te animas? ¿Comenzamos?

Comparte aquí en los comentarios cuál es la pista que has cazado de tu patrón de perfección y tu siguiente paso para disolverlo.

Me encantará leerte.

Un abrazo

Domingo Delgado

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12 COMENTARIOS

Comentarios

  1. alejandra dice

    Hola en verdad al leer el concepto y todo lo que conlleva el responder a esas preguntas es cierto como uno mismo en el dia a dia queremos ser mas perfectos sin serlo porque es el aprendizaje lo que nos enseña a reflexionar ante todo y es ahi cuando mostramos nuestro yo interior y nuestra humanidad o falta de ella o incluso la empatia.Te agradezco este enfoque de algo interesante como es la perfeccion .Un saludo.

    • Shirly dice

      Gracias Domingo por tan excelente aporte, estoy trabajando en mi interior y todo esto me ayuda mucho más, hay un interrogante que me llegó profundamente ¿de quién soy?, Ir por la vida como máquina a toda velocidad como si fuera alcanzar el tren. Es una parte donde debo trabajar mucho más. Gracias, gracias, gracias. Namasté 🙏

    • Elena dice

      Siempre me creí una máquina fuerte y complaciente….pero a mis 39 años por un golpetazo de estrés por el ritmo de esa máquina he descubierto que no es así….así que aquí estoy descubriendo quien soy en verdad y que es lo que quiero!!
      Gracias por compartir, me ha ayudado a abrir los ojos

  2. Andrea dice

    Tus artículos han sido guía en este proceso de conocerme, reencontrarme y aceptarme.

    Por fin abrirme a ser vulnerable.

    Gracias Domingo

  3. Melis dice

    Hola realmente interesante leer tu información y pensar q el ser perfeccionista es un mecanismo de defensa, al esperar espectativas muy altas de ti mismo, quizá grabadas en tu inconsciente desde tu niñez y podrás pasar toda una vida con una condición q realmente drena tu energía si no decides trabajar contigo mismo, gracias estoy lista para empezar!!!

  4. Adriana dice

    Actualmente trabajo en liberarme del perfecciono que me ha caracterizado, busco la perfección en cada cosa, soy complaciente, estoy corriendo siempre. Esta información ha llegado de manera muy oportuna para poder transformar esta parte de mi y darle la bienvenida a todo lo bueno que quiera llegar.

    Gracias

    Domingo

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