Sigues pautas, pasos y recetas para sentirte mejor contigo mismo; tienes un montón de herramientas positivas para ayudarte a verte mejor, ser más optimista y aumentar tu autoestima pero algo no funciona

A lo largo de estos años me he dado cuenta que el desarrollo personal basado sólo es fortalezas en muy útil para mejorar el reconocimiento y crecimiento de uno mismo pero no es suficiente.

Puedes construir una auto-imagen bellísima de ti, destacando las cualidades más brillantes, poniendo en primer lugar lo que mejor sabes hacer y dejar a un lado lo que realmente te limita.

A veces preferimos maquillar las «zonas» que consideramos erróneas para sentirnos con mayor plenitud e ilusión momentáneamente.

Todo parece que fluye armoniosamente porque te orientas exclusivamente a vivir sólo las emociones positivas pero en paralelo se genera un vacío dentro que no se cubre sólo con buenos propósitos.

Es como salir de casa muy bien vestido, con una sonrisa puesta y las ganas de comerse el mundo aunque tengas una molestia en el zapato que te haga cojear…

Si hay una espina de erizo clavada en tu pie, podrás ponerte un stiletto y ser optimista aunque el premio gordo está también en: sacar de ahí eso que te molesta tanto, superar tus limitaciones y transforma tu vida.

Tendrás que pararte, darte cuenta de la herida, tener la valentía de sacar la espina y curarte para seguir adelante con mayor disfrute de ti mismo.

Crecer, no es gratis, aparentar es más fácil.

Tendemos a pensar que las debilidades son la cara oscura de nosotros mismos y que poco aportan a quienes somos y nuestra capacidad de ser más felices. A nadie le gusta sentirse vulnerable pero:

¿Y si fuera la llave para sentir más satisfacción y plenitud?

El amor propio implica pues, reconocer todo lo que somos de forma incondicional: lo positivo y lo que creo negativo o voluble en mi.

Poner el foco en lo positivo sirve para crecer, reforzar y aumentar la confianza en uno mismo y reconocer e integrar aquellas partes más erráticas de nosotros mismos simplemente: libera.

Con esto no quiero decir que pongamos el foco en lo negativo sino que veamos «lo positivo» tanto en las virtudes como en las «imperfecciones».

¿Y cómo hacerlo?

Las personas con capacidad de amar son conscientes de sí mismas a las duras y a las maduras; consigo mismos y con los demás. La vida es un camino con rosas y piedras, ensombrecer cualquier experiencia dejando a un lado los tropiezos sólo nos distancia más de nuestra propia esencia.

Comparto algunas estrategias para avanzar sobre ello:

1. Libera memorias del pasado que te hacen sentir pequeño y tener conductas infantiles:

El ser humano es imperfecto y fuimos criados por la misma especie 🙂

Por personas que seguro hicieron lo mejor que pudieron.

Si estás herido porque te faltó amor, seguridad o libertad, tu niño interno estará todavía revuelto y quizá cuando no estés pendiente, coja a escondidas la batuta de tu vida y la líe por ahí.

Aprende a mirar ésa parte de ti que sigue necesitando atención, dásela tú si no puedes restablecer el pasado y ten un encuentro a la semana con tu parte más tierna y necesitada de afecto.

2. Sé adulto con todas las consecuencias:

La queja, el foco en las circunstancias o sólo en los problemas, en el «pobrecito de mi» y otras formas de tratarte, impiden pasar al otro lado: el de la responsabilidad.

Me refiero al de tomar las riendas de lo que sea que te pase. En algo, por muy pequeño que sea, podrás intervenir.

Sólo la actitud de tomar decisiones aumentará tu energía, la sensación de logro y tu capacidad de actuar.

Invoca a tu «adulto» para que gestione tu vida y construyas la vida que quieres vivir por ti mismo.

3. Sal de la anestesia y de vivir en automático:

Las prisas, la adicción a las redes sociales, el poco tiempo libre, la televisión, la pereza y el sedentarismo camicace, las relaciones tóxicas y el corre corre del día a día, provocan una descarga de neurotransmisores que «engañan» a tu cerebro y la capacidad de ver con claridad la realidad que hay delante de tus ojos.

Aprende a soltar para sentirte más ligero de equipaje.

4. Obsérvate y pon conciencia sobre tus asuntos para evitar:

Querer tener la razón para no mirar las piedrecillas en el zapato…

Es una paradoja.

A veces prestar tanta atención a los problemas es precisamente lo que nos impide encontrar soluciones de verdad.

Nos enfrascamos en la mente y en dar vueltas sobre el mismo tema sin encontrar resultados. Quizá lo que pase es que si haces algo distinto tu cabeza piense que pierde autoridad.

Ten en cuenta que a todos nos gusta sentirnos que somos coherentes aún estando en aprietos.

Si de mano te permites el beneficio de la duda, de que puede que seas incoherente y no pasa nada; verás que puedes estar obcecándote en tener la razón de que no hay salida a lo tuyo.

Vigila que no sea un síntoma de que en el fondo, no estás dispuesto a pagar el precio del cambio. Y si no quieres, está bien pero entonces ¿por qué te atormentas?

Amor-y-Vulnerabilidad
Disimular, corregir y camuflar tus defectos:

La evasión es un mecanismo de defensa que aparece ante la presión, la desidia o el aburrimiento vital superútil.

Aliviarnos la vida con actividades y conductas que rebajen la carga emocional es de lo más saludable si somos conscientes de hasta dónde.

Ahora; si te pillas «usando» determinado tipo de comportamientos o incluso personas, para encontrar tu única fuente de satisfacción personal, corres el riesgo de vivir una fantasía del empoderamiento personal y dejar de confiar en tus propios recursos.

Bloquear las propias emociones para no sentirte mal:

¿Te permites las emociones desagradables? La Alegría es una de las positivas de entre muchas más.

Cualquier emoción es válida, cada una te viene a contar información sobre qué está pasando en tu vida, son las guardianas de tu relación contigo y con los demás, de tu seguridad, valores, límites y alentadoras del cambio.

Al principio suena raro dejarse estar triste o permitirse el Enfado o incluso el Asco; da la sensación como si uno no estuviera en equilibrio.

Es sólo cuestión de práctica entrar en el universo de las emociones y maravillosos los resultados cuando aprendemos a leerlas en uno mismo y alrededor.

Prueba 🙂

Vanidad, Orgullo y Soberbia:

Mucho habría que contar de estas formas de sentir…

Brevemente, piensa que cuando no queremos mirar algo que de fondo sabemos que nos debilita, tendemos a taparlo con la frivolidad, con el «no pasa nada» o el «todo va bien».

En un primer estadío estaría la Vanidad. Pensamos que es un exceso de estima por uno mismo o sobrevaloración de la manera de ser para ser admirado; pero proviene de todo lo contrario y de la máscara de enaltecer lo propio para tapar las inseguridades.

Subiendo el volumen, estaría el Orgullo, que infla los propios méritos para destacar y aúlla por dentro por sentirse inferior

Y poniendo la música a tope, la Soberbia. Que es cómo llegar a pensar que todo el entorno es inferior y tu justo vas conduciendo en dirección contraria.

Estos 3 personajes se diluyen dejando de depender tanto de la imagen personal y aprendiendo a reconocer la propia vulnerabilidad sin necesidad de arrollar al entorno.

5. Ten Coraje de aceptar la sombra:

Mirar lo que te hace vulnerable es muy revelador, te vuelve una persona más sencilla y humilde y sin duda: aumenta tu Amor propio y por los demás.

No es una pesadilla mirar tu sombra. Piensa que el argumento de la misma sólo tiene que ver con asuntos no resueltos que pueden liberarte de las cadenas que te impiden ser tú mismo.

Acoger con amor lo que eres provocará mayor confianza en ti y también cambiará tu mirada a los demás, te ayuda a ser más sensible, compasivo y respetuoso y conectar de forma mucho más genuina con otros corazones.

6. Cultivar el merecimiento:

Cuando hay mucha distancia entre la Imagen Real y la Imagen Ideal estamos hechos polvo por dentro, porque cada vez que «no cumplas» con lo que te pides ser y no ocurre, sentirás culpa, pesadumbre y escacez.

Si hay una voz crítica que te dice que no mereces, habrá que ir a hablar con ella para decirle que sí y argumentarle por qué.

La solución está en poner el foco en lo que eres, tal y como eres: muchas margaritas quieren ser rosas y andan despistadas en el jardín de la vida sin ser conscientes y reconocer la belleza auténtica de una flor tan universal.

Date permiso para reconocer que en lo que eres hay una potencialidad infinita, y que tal vez lo que veas como defectos, son también los indicios de tu singularidad. Y eso es más que suficiente, tiene valor y merece recibir los dones de la vida.

7. Sentirte agradecido:

Y esto ya es de nota, lo sé…

Trabajar la gratitud va más allá de repetir afirmaciones positivas, es una actitud ante la vida de aprender a recibir, de valorar la  abundancia que hay a tu alrededor en las personas que te acompañan en el camino, en la tremenda oportunidad de superar los obstáculos, en el júbilo de vivir de lo que te apasiona, en la ventaja de expresar tus valores por dentro y por fuera, y en definitiva: en dar y recibir 🙂

La gratitud reduce el malestar físico, fortalece las relaciones, invita al perdón, a mostrarnos al otro con respeto y respetar también lo que viene de fuera, aumentar el valor de todo lo que vives y ser más generosos.

Y ahora dime, ¿qué más estrategias usas para nutrir el Amor por ti? ¿Cómo te ha ayudado en la vida reconocer tu vulnerabilidad?

Serás super enriquecedor leer tus comentarios más abajo.

Un abrazo

Domingo Delgado

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