¿Cuánto callamos a veces verdad?
Y no me refiero sólo con respecto a los demás sino también a aquellos sentimientos que ocultamos para que no se vean ésas partes de nosotros mismos que creemos que son poco valiosas o vulnerables.
Está genial mostrar lo mejor de cada uno pero ¿y si te dijera que aquello que no te gusta de ti tiene más importancia de lo que crees en tu vida?
Venga, como estamos solos ahora y nadie nos ve, vamos a poner luz en 5 aspectos del perfeccionismo que pueden ayudarte a liberarte de carga emocional y poder construir una Imagen más positiva de ti mismo sin miedo al que dirán.
1. El Perfeccionismo propiamente dicho
Cuando tu valía personal depende de unas expectativas altísimas sobre ti mismo, tendrás la presión de tener que controlar hasta el último detalle de tus trabajos, acciones y relaciones. Y eso drena mucho tu Autoestima… y a tu entorno.
Además pone «tu zanahoria» tan lejos que nunca tendrás la sensación de logro y aún logrando resultados, nunca será suficiente. Cada día sentirás en el fondo, que no mereces recibir las bondades de la vida porque sencillamente: no te has preparado «lo suficiente».
Este es el círculo vicioso que además lleva a demorar tanto las decisiones pequeñas del día a día como elegir un nuevo supermercado online como de las grandes como emprender ese proyecto que lleva en tu cajón 1 año y medio.
El perfeccionista en extremo, es muy listo, porque para no sentir que se equivoca, aunque se le caigan por la calle todas las bolsas de la compra y provoque un accidente a su alrededor, antes que sentir que falla, lo enmascara con el orgullo de que los errores, han venido de otro lado. En definitiva, es el mejor caldo de cultivo para crear un personaje de «superior». ¿Qué curioso verdad?
El miedo al fracaso está en todos, y hoy en día con tanto estímulo informativo, también la procastinación.
Si algo de esto de ocurre es importante que cambies esta visión de ti mismo y comiences a estar listo para ti mismo, tal y como eres.
Para salir de ahí necesitarás:
- Plantearte metas más pequeñas y realistas, pero no sólo de boquilla sino siendo consciente de que te estás dando la oportunidad de «ser» de otra forma, menos exigente. Muchas veces nos contamos a nosotros mismos películas que no nos creemos y muy dentro de nosotros seguimos teniendo la expectativa de cumplir con una Imagen Ideal que no es nada útil.
- Hablarte de forma más positiva: necesitas ser tu mejor amigo. Si llevas mucho tiempo enfadado contigo tendrás que ir muy poquito a poco y cuando haya buen rollo, acordar contigo dar pasos hacia una visión más positiva de ti. Aprende a ser más cálido y benévolo contigo mismo.
- Enfócate más a los objetivos que a los resultados y celebra los logros de haberlo hecho de esta manera.
- Evitar el autocastigo: para en cuanto te pilles reprochándote sustituyas la culpa por responsabilidad. Cada vez que lo hagas estarás poniendo a raya a tu crítico interno y creciendo, sin duda.
2. No saber ser auténtico
El perfeccionismo es anti-auténtico porque el foco de sus intenciones está puesto en ser otra persona que no eres.
Cuando andamos flojos en seguridad y autoconfianza, tendemos a dar un valor superlativo a las personas excelentes o exitosas de nuestro alrededor y las convertimos en referentes que copiamos desde como hablan hasta como visten.
Y eso no, no lo quieres para ti…
«Modelar» está bien pero no te conviertas en una copia cutre de otro. Se nota mucho cuando te inspiran personas de verdad de cuando te comparas con lo mejor de lo mejor y prefieres disfrazarte de otro para ver si te cae alguna monedilla de reconocimiento. Y cuando digo cutre lo digo con cariño porque tú, eres más que toda esa parafernalia.
En otro artículo de comentaba las Características de la Autenticidad, un deporte de riesgo que merece la pena experimentar.
Cuando no eres auténtico, se nota, sobre todo en que tu autorrealización se hace inviable y resulta supercomplicado relacionarse contigo.
Recuerdo una amiga de la universidad que sacaba todo sobresaliente SIEMPRE. O más bien hasta que se deprimió completamente a los 30 años. No pudo más con «el personaje excelente» que había construido para ser reconocida, quebró…
Ni era chica de sobresaliente ni quiso estudiar Psicología ni trabajar en las clínicas que estuvo: era otra persona, con otras habilidades que había vendido su alma al estereotipo social que admiraba su familiar para cumplir con lo que se esperaba de ella. Su cuerpo no pudo más con ese peso y calló enferma aparentemente sin motivo.
Afortunadamente lo vió y notó como hizo la carrera para ayudarse a sí mismo pero lo que quería y de lo que ahora disfruta es de su taller de artesanía tradicional.
Aprender a ser más Auténtico comienza por:
- Darte permiso para serlo por muy loco que te parezca. ¿Quieres?
- Reconocer tu propia vulnerabilidad para poder amarla; no hay otra manera.
- Tener el coraje de reconocer en tus errores una maravillosa experiencia que te hace humano, amable y digno de reconocimiento de forma incondicional.
- Poner ojo atento en cada conducta, pensamiento o acción que «hayas tomado prestado», practicar la liberación diaria de lo que crees que deberías ser y seguir adelante sorprendiéndote de quien verdaderamente eres.
- Ser consciente de tus emociones sin taparlas.

3. Reconocer la Vergüenza y sustituir la Culpa
Qué sentimientos más feos ¿verdad?
Pues ahí hay muchas claves para liberarte del perfeccionismo.
La vergüenza es como una capa que te tapa cada vez que sientes que no eres válido, o que eres malo, o que no mereces. Aparece y además la tapamos rápidamente porque socialmente parece que somos más débiles; hasta quien la observa puede sentir «vergüenza ajena»; y qué mal se pasa… (sólo se pasa mal y hay algo en ti que lo evoca).
Este sentimiento daña las raíces de tu identidad, piensa que hagas lo que hagas eres valioso y si te pillas sintiendo vergüenza; no lo tapes, mira a ver qué te estás diciendo en ése momento en el que quieres ocultarte para darte cuenta de si es tan grave o tan poco digno.
La Culpa sin embargo tiene que ver con tus comportamientos, con «lo que has hecho bien o mal». Si están en tu vocabulario estas polaridades trata de encontrar «los tonos grises». ¿Para quién o qué está mal hecho? ¿Cómo te quedas tú después de ése juicio?
Con esto no quiero decir que descuides el entorno y hagas lo que te dé la gana sin mirar cómo afecta a los demás. Actúa en consecuencia de tus actos y toma RESPONSABILIDAD, que es bien distinto. Pero no te castigues o paralices por cometer errores.
4. Convertir los Celos y la envidia en algo positivo
Otro temazo:
La diferencia está en que los celos hablan de querer ser la prioridad ante otro u otros y la envidia básicamente en la comparación en la que tú te quedas más pequeñito. En el peor de los casos, lleva a la crítica compulsiva a los demás o incluso a la agresividad: be careful my friend!
Ambos sentimientos aportan una visión catastrófica de ti mismo y compararte es injusto porque simplemente todos somos diferentes y en esencia no somos iguales.
Estas situaciones se dan más de lo que pensamos y por supuesto no vamos a meternos caña por sentirlos.
Todo lo contrario, cuanto más los reconozcas, más oportunidades tendrás de ver qué justo valor te das a ti y en qué posición te colocas con respecto a lo que son o hacen los demás.
Si hay mucho lío con esto ponte a:
- Admirar de forma sana más que envidiar ayuda a crecer.
- Comprender qué habilidades o conductas quieres desarrollar para conseguir lo que tú quieres, más que para superar a otros. Cuando nos comparamos perdemos la oportunidad de escuchar las necesidades que tenemos. Toma nota de ellas y hazte un plan para cubrirlas sin depender de si otros consiguen lo que tú quieres o no.
- Mirarte desde fuera: ¿qué opinarías de los sentimientos de ésa persona que observas? ¿qué crees que le falta para sentirse valioso por sí mimo sin necesidad de compararse?
- Detecta tus sueños frustrados y dale prioridad a las acciones que te permitan sentirte más satisfecho y calmado en tu vida desde hoy mismo.
5. Ser más agradecido y perdonar
Vamos tan deprisa que se nos olvida dar las gracias. Y esto es típico del perfeccionista porque claro; no hace falta que le des las gracias porque no las sabe recibir, o bien, no las da porque siente en el fondo que si lo hace parecerá más pequeño y sumiso.
Que va, ponte y verás que bien 🙂
Y ya lo del perdón pues mucho menos…
Ten el coraje de pedir disculpas por tus despistes y errores pero también por aquellas decisiones que hicieron daño a otros, que repercutieron en crear una atmósfera negativa o aquellas conductas que tuviste y sabes que no fueron las más compasivas.
Cuando elevas la imperfección a un plano más espiritual y pones en marcha lo mejor de ti, notarás como tu corazón se pondrá en primer lugar. No tendrás tantas resistencias a fallar, conectarás de forma genuina con tus relaciones y la vida se convertirá en un camino, que si bien no es fácil, está lleno de riqueza y abundancia.
Espero que te haya sido útil asomarte a tus sombras para encontrar la fuerza para ser más tú.
¿Cuál de todas las recomendaciones quieres poner en marcha?
Dime, me encantará leer tus comentarios.
Un abrazo
Domingo Delgado
Muy interesante discurso,me gustó leerlo,muchas gracias;!
Me encanto ….
eres super asertivo
Gracias! En ello andamos 😉