¿Te has visto alguna vez quejándote por eso que «siempre» se repite en tu vida?

¿O quizá te has pillado dándote cuenta que criticas en los demás comportamientos que tú no tienes colocados?

Ejemplos:

  • «La gente que presiona, me bloquea!.
  • «En realidad yo sí quiero cambiar pero me cuesta muchísimo y al final no hago nada»
  • «Hago todo lo posible por mejorar y los demás no lo valoran«.
  • «No sé cómo hago pero siempre ando como triste ¿por qué será?».
  • «Si me descuido exploto a la mínima, la verdad».
  • «Me quejo mucho y me indigno muy fácilmente con lo que veo alrededor ¡buah!»

¿Y si te dijera que no tiene nada que ver con tu entorno ni con otras personas?

¿Y si fuera que de forma inconsciente, provocas situaciones y conflictos que refuercen tu malestar?

Se llama 100% responsabilidad y emancipación emocional.

Y hay una manera de revertir el camino para que aquello que se repite, cambie.

Sólo hay que hacer un giro de tu mirada, de fuera hacia adentro y responsabilizarte de tu forma de sentir (es únicamente tuya).

Y verás cómo aquello que son defectos o circunstancias que no se pueden cambiar, pueden ser una fuente de energía y libertad antes desconocida para ti.

Poner fuera de ti el foco de tu malestar o etiquetarlo como algo erróneo, un defecto de fábrica o algo que no se puede cambiar, te resta fortaleza. Y precisamente en hacerte cargo totalmente de ello, es donde se encuentra la puerta de salida hacia tu bienestar.

Escapar de tus molestias te hace menos adaptable y te drenará mucho más a largo plazo, que coger el torno por los cuernos 😉

Sólo hace falta observarte con humildad y dejar de proyectarte.

Es difícil poder recoger las mil y una conductas y reacciones que se pueden dar, pero hoy te dejo por aquí algunas que se repiten más y que tienen que ver con las emociones.

Cuando todo gira entorno a la sensación de vacío.

Es como una música de fondo que va contigo a todas partes.

Parece que las cosas no salen nunca bien y te lleva a creer que la vida, francamente parece una secuencia de escenas tristes. Se hace pesado y aunque te deja seguir adelante, te cansa el hecho de ir siempre como con un peso sobre ti.

Conectar con ello no quieres, porque ya suficiente tienes con lo que hay pero básicamente te habla de que tu amiga la tristeza, no se va porque hay algo por mirar.

No es un defecto, es tu fuerza interior que te dice que aún tienes pendiente por revisar: tu relación con la pérdida.

Puede que sea algo del pasado que tapaste para seguir adelante o bien una secuencia de acontecimientos en los que no pudiste asimilar cierto abandono.

¿Cuántas pérdidas reales han sido?

Sácalas a la luz y ponte una a una con ellas hasta que integres tus duelos, te dará una paz interior y apertura a la vida increíble.

Y si se sigue repitiendo quizá tengas que plantearte cómo cubrir tu agujero de Amor.

Si te faltó o falta, la única forma de salir de ahí es provocando situaciones en las que las recibas y en las cantidades que necesites.

¿Y éso cómo se hace?

¿Sabes dar un abrazo?

Pues eso, empieza dándolo tú y te vendrá de vuelta en la mayoría de las ocasiones.

Cuando sientes que de alguna forma huyes, te tienes que defender de algo o te bloqueas

Es una reacción automática, como si saltara una alarma y escucharas dentro de ti cientos de sirenas porque algo pasó que en tu trabajo, en tus relaciones o hasta ante una simple tarea de la casa que no sale como previsto… ¡tienes que salir corriendo! Te hace sentir Miedo.

Y aunque sabes que a veces es desmedido puedes llegar a pensar que es inherente a ti, pero ten cuidado 🙂

Es posible que lo que te venga a contar es que tienes pendiente contigo satisfacer tu necesidad de seguridad.

Revisa tus temas pendientes, la salud de tu economía o de tu cuerpo, la sensación de hogar en tu casa, la independencia de relaciones tóxicas y todo aquello que sea básico para ti. Por que quizá no lo tuviste en el pasado y te dejó esa memoria de tener que protegerte, pero hoy tú, como persona consciente y con ganas de pasar a otra pantalla: puede satisfacerse solita. Haz una lista de las cosas que te den seguridad y provoca su encuentro con ellas.

Si tu tema ronda entorno a que se reconozca tu valía

Quieres que alguien te vea, aplauden tu forma de hacer las cosas y en general sabes que los demás te ven como una persona excelente. Pero algo dentro de ti te dice que no es suficiente. Puedes disfrazarlo de mejora continúa o de la exigencia «social» que los demás perciben como una persona de valor, pero vaya, no te llega… Y haces muchos esfuerzos para que los demás te aprueben, estás demasiado pendiente de cómo se percibe tu imagen personal, profesional, de todo… hasta el exceso de control.

¿Y por qué no es suficiente? ¿Por qué no me reconocen más? ¿por qué no siento que tengo el éxito que quiero con todo lo que he hecho?

Porque a lo mejor no estás hablando tú sino tu herida de reconocimiento, una necesidad del pasado que ha hecho que te conviertas en un conseguidor insatisfecho.

Prueba a identificar el origen de ese agujero y date cuenta que proyectándolo en tus relaciones, no lo vas a cubrir.

Es un trabajo precioso con el merecimiento y la valía: que empieza en la relación con uno mismo, no con el hacer.

Entra en ello para liberarte y da por seguro que tu vida cambiará. Hasta es posible que cambies por completo ese antiguo paradigma de felicidad basado en ser el mejor. Quizá después querrás ser: «lo que hay» y esté perfecto.

Cuando sabes que puedes explorar en cualquier momento (o bien te tragas tus emociones)

Como un volcán, básicamente es éso.

No sabes bien cómo pasa, porque repentinamente te ves lleno de enfado.

A lo largo del día vas acumulando tensión por cosas pequeñas que te cargan, o «tremendos conflictos» estilo telenovela que los demás no ven como tal, pero tú: te enfadas.

Y el fin de semana vas a descansar y resulta que también tienes tensión porque ¡pasan más cosas! Así tu cuerpo, tu mirada y tu hacer, están enfocados a llenarte de una energía que afecta a tu sueño, a tus mandíbulas, a tu cuello, tu digestión y hasta la posición de tus manos.

¿Qué ocurre?

Es posible que estés viviendo conflictos continuamente claro que sí. ¿Pero son todos de fuera? ¿O hay algo en tu forma de afrontar las diferencias?

Hay dos versión:

  • La del que explota de ira
  • La del que «se la traga«.

Si es muy recurrente en tu forma de sentir urge revisar los límites, pero no sólo en relación a los demás o las situaciones que te pasen, sino en relación al nivel honesto y real de Libertad que tienes en tu vida.

Es posible que vinieses de una educación muy estricta y te quedase esa memoria pero hoy puedes hacer mucho más por ti. Revisa las verdaderas necesidades que hay detrás de tu patrón emocional para tomar decisiones.

¿Qué necesitas cambiar en tu vida o en la relación contigo de forma radical?

¿Qué experiencias necesitas experimentar para soltarte la melena?

Da un paso firme hacia cubrirlas y tu nivel de paz, aumentará.

O revisa si hay otra emoción debajo que no te estés permitiendo y uses el enfado para tapar alguna tristeza pendiente…

Cuando tienes una sensación de injusticia constante

«No me puedo creer que el estado esté gobernando de esta manera…»

«¿Y has visto que la vecina tira la basura fuera del contenedor?»

«No puedo ver a fulanito, porque no entiendo como trata así a su mujer y sus hijos»

«¿Y este video de youtube? A quien se le ocurre…»

Puede parecerse al enfado, pero la respuesta es mucho más clara, directa y física: la sensación de asco, de injusticia, de que las cosas podrían hacerse de otra manera.

Quizá hable de una necesidad arreciante de expresar tus valores, de expresar tu creatividad, de autoafirmarte de forma sana y sin echar la culpa a otros.

Crea un espacio para ti, tu pequeño universo en el que puedas desarrollar esos talentos que, por algún motivo, guardaste en una caja y te impide sentirte más pleno y disfrutón.

Dale un espacio grande a esto, no escatimes en la cantidad o tiempo que te permita sentir más: placer.

Cuando te has convencido de que te cuesta cambiar

La vida es cambio. Las células de tu cuerpo se renuevan constantemente y dicen que el plazo de 7-10 años, casi todo el cuerpo se ha transformado.

Si no quieres cambiar, ¡está estupendo! No hay por qué hacerlo, sólo que si notas que te incomoda cuando la gente habla de ello y sabes que hasta en pequeñas cosas te cuesta dar un giro o ser flexible… echa un vistazo a ver si por ahí dentro de ti tienes asuntos pendientes contigo mismo.

  • Esos sueños rotos sin cumplir.
  • Esa conversación pendiente con alguien importante.
  • Ese cambio profesional.
  • Esa otra cualquier cosa de la que si te hicieras responsable, lo cambiaría todo.

Es un tema de hacerte cargo de tus necesidades más profundas. Sólo hay que identificar el beneficio de tu comodidad, valorar el «precio» del cambio y enfocarte por supuesto, al gran beneficio que hay al otro lado donde está tu nueva vida.

La mayor parte de nuestros  obstáculos se mantienen por un beneficio inconsciente distinto para cada uno:

  • No mirar mi tristeza para sentirte cuidado por otros.
  • Bloquearte para que otros hagan por mí.
  • Exigirte para ser reconocido.
  • Enfadarte para sentirme escuchado.
  • Ver la injusticia en el ojo ajeno para sentirte importante.
  • No cambiar para evitar tomar decisiones.

Y otras tantas escusas que son muy válidas porque te han dado un refuerzo aparente.

Pero fíjate por un momento.

Detrás de aquello que te incomoda y crees que no puedes cambiar hay un proceso de aprendizaje increíble, hay un beneficio mayor, que es el de ser tú mismo. Mucha más libertad y una vez hecho el camino, te darás cuenta de cómo aquello que llamabas heridas con algo vulnerable, han sido y son grandes maestras para que tú crezcas, para que tú salgas de las zona de confort. Y saques a la luz: tu grandeza 🙂

Durante años hemos llamado Vulnerabilidad a aquello que parece un error, es frágil o hay que proteger, pero si llevas tiempo por aquí estarás conmigo en que es una fuente muy rica de poder personal y auto-realización.

Y ahora dime: ¿qué grandeza has encontrado detrás de algún comportamiento que creías que era un «defecto»?

Deja tus comentarios más abajo.

Será un placer leerte.

Un abrazo

Domingo

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6 COMENTARIOS

Comentarios

  1. Melva Rodríguez dice

    Excelente, mil gracias desde Colombia, un mensaje de reflexión y conciencia en esta época no tan facil, que con buena actitud, esperanza y voluntad lograremos salir adelante, seguro no siendo los mismos de antes, sino más conscientes, humildes y agradecidos
    Un abrazo

  2. Ivonne Flores dice

    Domingo, en realidad aportas mucha claridad a mis pensamientos cada vez que te leo, y me motivas a ser mas yo misma, desde una perspectiva mas consciente de mi real esencia.

    Mil GRACIAS¡

  3. cecilia concecpcion lopez muñoz dice

    Maravillosa reflexión, me encuentro en un momento luchando con mis miedos, esta lectura me callo como anillo al dedo, mil gracias por concientizar, por ayudar a despertar.

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