Si te late el corazón cuando piensas en dedicarte a lo que más te gusta pero también te tiemblan las piernas a la hora de ponerte en marcha, es totalmente normal…
Los cambios profesionales te ponen en resistencia al cambio porque vas a pasar de la declaración de intención a provocar un cambio en tu vida.
Que aparezca el miedo es habitual, porque algo dentro de ti te dice: «¿y si no me va bien?», «¿podré abordar la emociones de otras personas si aún no manejo bien las mías?»¿lograré ayudar de verdad a mis clientes?», «¿conseguiré vivir de ello?»
Y un largo etcétera de incógnitas que sólo se pueden resolver, tomando partido en ellas.
Pasar de Asesor de Imagen tradicional a Coach de Imagen te pedirá una transformación personal y profesional que como en cualquier otra área profesional necesitarás recursos para hacer realidad tu sueño.
Después de estos años ayudando a cientos de profesionales me he dado cuenta de la repetición del listado de miedos que vamos a afrontar juntos con este post.
Miedo a las emociones o meter la pata:
Una de las diferencias fundamentales con la Asesoría de Imagen es que en Coaching de Imagen tenemos en cuenta las emociones de nuestros clientes desde el minuto cero.
Sabes muy bien que la apariencia afecta al estado de ánimo y provoca en uno mismo y en los demás emociones distintas según el estilo que se proyecte.
Es más…
Los obstáculos que tiene tu cliente a la hora de conseguir una imagen que le represente, están asociados a sentimientos y a veces incluso a cargas emocionales potentes que han quedado ahí tapadas debajo de su indumentaria, su maquillaje o su forma de expresar su estilo.
Las emociones son útiles para saber en cada momento qué necesita concretamente tu cliente para avanzar. Y en general somos especialistas en disfrutar al máximo de las emociones agradables y huir de las desagradables.
El primer paso es ser consciente como profesional que todas las emociones son válidas, normalizar su vivencia y acoger en sesión con inteligencia emocional, cualquier latido del corazón que por allí se presente. ¿Para qué?
Para apoyar de forma genuina a tu cliente a que sepa más de sí mismo; el primer paso para identificar una imagen interna poderosa y reveladora.
Empápate bien de las competencias emocionales, las emociones básicas, qué son los sentimientos y cómo se contruyen y de técnicas para abordar los trending topics de la imagen personal: la culpa, el resentimiento, el victimismo, la envidia y comparación, el orgullo, la vanidad y en algunos casos, la soberbia.
¿Por qué aparece?
Por que la imagen personal es la capa más externa de la persona y el escudo perfecto para tapar lo que no nos gusta de nosotros mismos mediante un personaje que se llama: Ego.
¿Qué más hacer?
Entrénate, lee y practica en tu vida. No hay otro campo de entrenamiento mejor que tú vivas un proceso de auto-conocimiento profundo que te ponga «cachas» en inteligencia emocional.
Si tienes miedo a tus propias emociones es más difícil que puedas acompañar a otros a vivirla.
Así que, ponte a sentir y a aprender de ti mismo primero.
Miedo a equivocarte
Dedicarte a las personas tiene un precio y un beneficio. Pagar la factura de cambiar tú primero para conocer en profundidad los mecanismos que compartimos los seres humanos para luego recibir el maravilloso regalo de ayudar a otros a cambiar su vida, en el fondo y en la forma.
No hay recetas cerradas, y entre tu formación y la experiencia hay otra estrategia importante: el desarrollo de tu negocio. Pero sobre todo, tener un método probado que te ayuda a saber qué hacer en cada momento.
Si tienes muchas habilidades, 100% vocación y todas las ganas del mundo, invierte parte de ésa energía en estrategias de marketing que hagan posible que puedas llegar a más clientes.
¿Y si ya hago Asesoría de Imagen pero me da miedo comenzar a dar otro servicio?
El cliente de Coaching de Imagen es diferente al de Asesoría. Piensa que es sacar adelante un nuevo servicio como ya has hecho anteriormente. Deja claro los mensajes, tarifas y enfoque en tu web y date el tiempo de sembrar mucho primero, para recoger después.
Si te contara la cantidad de fracasos que he tenido antes de dar en el clavo con a quién, cómo y cuándo dirigirme, no me darían las páginas de este blog 🙂
Hay que estar disponible también para equivocarnos. Dicen por ahí que hablamos mucho de éxito pero no tanto de los fracasos que han hecho posibles que lleguemos al logro.
No te exijas al principio.
Prepárate en tus habilidades y siéntete seguro con un método probado, aprende a lanzar un nuevo servicio, ten margen económico y psicológico para poder testar tu idea y sé paciente.
Como dicen en Yoga: «practica, practica y todo llegará»

Miedo a no dar la talla
Todos queremos ser maestros desde que salimos con el diploma debajo del brazo y seguro que ésa actitud es una resonancia de «la llamada» a ser un auténtico agente del cambio y seguro que podrás contribuir a que la sociedad mejore, revalorizar la imagen personal en tus entornos y dar un sentido más profundo a la estética como valor espiritual.
Ahora, sigue los pasos.
Sé aprendiz y evita compararte con los referentes que admiras. Si te falta formación, inscríbete a un curso que cubra el hueco entre quien eres ahora profesionalmente y en qué te quieres convertir.
Ya eres completo/a y si estás formado, has practicado y has puesto todo de ti para acompañar a tus clientes y ser honesto con tus servicios, ¡ya está!
Lo tienes todo para avanzar profesionalmente.
Si ves que este miedo persiste haz más prácticas gratuitas con personas cercanas. ¿Cuántas? Las que necesites para sentirte totalmente seguro/a. Descuida que haciendo esto, ya habrá también más personas que puedan hablar de lo bien que lo haces.
El glamour del reconocimiento llegará en el momento preciso.
Miedo a no posicionarte en el sector
El volumen de asesores de imagen es increíblemente mayor al de los Coaches de Imagen. Y dentro de estos últimos, muchos no tienen un método o no están entrenados en las competencias oficiales, así que, si tú cuentas con las credenciales: eres la estrella diferencial dentro del sector de la Imagen Personal y Belleza.
Ahora, no sólo te posicionarás por poner Coaching delante de la palabra imagen, tendrás que mostrar que eres un experto en la materia pero sobre todo haber sacado adelante el número suficiente de clientes que acompañen tu credibilidad y ofrecer una metodología real. Impúlsate con una buena estrategia de marketing para que te vean y se fiel a lo que sabes y humilde con lo que te queda por andar.
Miedo a tomar una decisión equivocada
Estamos viendo como cambiar de profesión es toda una odisea interna, sobre todo porque da la sensación de perder lo anterior, de no saber bien cómo te irá, de cuanto ganaré… y no es totalmente cierto.
Pasar de cero a cien puede ser camicace y tus clientes pueden verse extrañados.
Si ya tienes negocio, haz una transición, simultanea servicios, pasa encuestas de opinión para conocer el impacto del cambio en tus servicios, ¡pregunta!, ofrece demostraciones…
Ten en cuenta que si ya tienes clientes que han hecho un servicio previo, tus nuevos packs de Coaching de Imagen son la oportunidad de ofrecerles algo nuevo.
Si no tienes clientes y trabajas por cuenta ajena, simultanea hasta que la facturación mensual se equipare con lo que ganas. Y te lo dice no que no lo hizo del todo bien cuando se lanzó, por éso no quiero que a ti te ocurra 🙂
Como dice una amiga mía: «todo es delivery».
Toma decisiones primero en papel, haz un plan de tu transformación profesional, téstalo en tu realidad laboral y mide los resultados a cada paso.
Todo esto, bajará tus miedos a equivocarte, pero ponte.
Espero que te hayan sido útiles estas estrategias.
Y si te queda algún miedo que no haya recogido por aquí, déjalo en los comentarios.
Me encantará echarte una mano y compartir entre todos cómo vamos.
Un abrazo
Domingo Delgado
Deja una respuesta