¿Qué es realmente conectar con uno mismo? ¿Hay que sentir algo especial?

¿Es cierto que todo cambia si vivimos más conectados? ¿Realmente sentiré más plenitud y alegría? ¿Cómo narices se hace?

Hay varias formas de verlo y todo parece a veces muy abstracto y complejo y es que el Contacto con uno mismo tiene que ver con algo muy sencillo: el permiso para vivir 100% lo que te esté ocurriendo.

A tres niveles y por este orden:

  1. La puerta de entrada: las sensaciones físicas.
  2. La experiencia completa: experimentar lo que sientes sin juicios; las emociones tal y como son y tal y como se presenten.
  3. La comprensión de tus necesidades reales; al final.
  4. Entonces podrás «elegir» tu respuesta a los demás, al entorno… al mundo 😉

Lo que pasa es que a veces tendemos a hacer el proceso al revés, forzando:

  1. Querer comprenderlo todo antes de haber sentido, lo primero.
  2. Decidir racionalmente qué es lo que quieres sentir y que sea lo más agradable posible siempre.
  3. Seguir por interpretar «los hechos» a favor de una razón prefabricada.
  4. Y que la experiencia que has vivido cuadre en tu estructura mental en base a otras situaciones previas similares (creencias).

Te pongo un ejemplo:

Recibes una llamada inesperada del trabajo en la que tu jefe te cuenta que van a reducir puestos de trabajo en la empresa, que no hay nada seguro de a quién y cuántos afectará y que es posible que afecte a tu departamento o mínimo a vuestros sueldos.

Por un momento sientes tensión en el cuerpo y quizá miedo e inseguridad pero rápidamente te pasas al plano mental. Le cuentas a tu jefe que entiendes la situación porque crees que es la mejor forma de ser «leal y «operativo», dices que no es agradable, pero que seguro que es lo mejor para el negocio y que todo saldrá lo mejor posible, es más, le das las gracias ante algo que realmente no sientes así, pero ser «educado» es la mejor respuesta que crees que puedes dar. Al terminar la conversación te quedas razonando que tu actitud ha sido la más apropiada y diciéndote que «en estos momentos lo mejor es tener la cabeza fría», aunque hay una sensación extraña de estress que no termina de marcharse y se queda contigo todo el día…

Te pongo otro ejemplo:

Presentas una propuesta a tu cliente y te llama para decirte lo maravillosa que le ha parecido, sientes algo en el pecho inmediatamente y hasta ganas de sonreír pero le dices que gracias y que simplemente es tu trabajo. Has tapado la alegría para «no ser exagerado» y «mantener una actitud profesional» y también para «que no se te suba a la cabeza porque siempre se puede mejorar». Terminas por sentir un orgullo extraño por tu respuesta «mesurada» y entendiendo que esa actitud es la mejor para estar al servicio. Aunque te da la sensación que algo quedó atrapado en tu cuerpo y bueno… simplemente pasas a otra cosa, como otras veces.

¿Y esto está mal?

No, esto son respuestas comunes de lo más habituales en las que no ha sido posible escuchar al cuerpo desde el primer momento, reconocer las emociones plenamente (agradables o desagradables) y donde la mente ha tomado la batuta para interpretar las situaciones en base a patrones recurrentes que dan una aparente sensación de seguridad.

Todavía hoy parece que la expresión emocional auténtica esté minusvalorada.

El tema está en que claro, ¿si expreso mis emociones tal cuál a lo mejor meto la pata o me paso no?

Sí, claro, se pueden expresar de forma sana y teniendo en cuenta a tu interlocutor, o estallar en un volcán emocional fuera de tono.

Además entre medias, hay muchos grises.

Cuando nos falta aprendizaje emocional aplicamos la siguiente receta: «mejor, reprímelas», «mejor sé educado», «mejor ten una respuesta elegante, excelente o profesional».

Y perdemos por momentos, la mejor herramienta para conectar contigo mismo y con los demás.

  • En ese momento Tú (completo) has pasado al último lugar.
  • Has cedido de forma inconsciente tu poder a los estereotipos sociales.
  • Has interpretado todo para que te cuadre.
  • Tu cuerpo «se come» tus emociones.
  • Y tu interlocutor genera una imagen de ti bien lejana a lo que eres en realidad.

Eso no es gestión emocional, eso es «educastración» y un ejemplo del Patrón de Perfección que azota nuestra sociedad pero hay más:

  • Ser auténtico es un proceso en el que al principio te puedes sentir «expuesto» y que justo vaya la «vergüenza» y te tape antes de que puedas sentirte más «libre»: habrá que asumir el coste, merece la pena porque al otro lado se está mucho pero que mucho mejor.
  • Se puede ser auténtico y Asertivo (distinto de «educado»= convención social que excluye en la mayoría de los casos la expresión emocional)
  • Compartir quien eres con el otro de forma genuina, crea vínculos de mayor calidad, disfrutamos más de la vida y se acerca a eso que llaman plenitud 😉

¿Cómo darme cuenta de si estoy tapando lo que soy? Los 10 errores que te sacan de la conexión contigo

Tomemos una respiración profunda y vamos a pillarnos en esos momentos de desconexión; toma nota de aquella frase que «te pellizque», como por ejemplo:

  1. Anestesiar las sensaciones corporales con más tensión, comida, excitantes, adicción al trabajo u otros parches emocionales.
  2. Darte cuenta de que tu respiración se acorta para tratar de tener una sensación de control.
  3. Respuesta automática de mirar el móvil cuando estás reflexionando o sintiendo sobre un tema que no sabes abordar o hacer llamadas repentinas a personas de tu entorno sin motivo aparente para compartir alguna decisión que no has abordado primero en soledad.
  4. Evitar el contacto ocular o físico en la relación diaria con otras personas para eludir la experiencia de conexión.
  5. Bruxismo: está demostrado científicamente que la tensión en la mandíbula está relacionada con el equilibrio de tu sistema nervioso (emociones no expresadas) y en ocasiones no nos preguntamos que área de mi vida está encorsetada o necesita de mi atención.
  6. Justificarte en repeat con alguien o ante determinadas situaciones en las que más que escuchar sólo quieres tener la razón o bien te cuesta expresar lo que necesitas.
  7. Tratar de controlar lo que pasa a tu alrededor en algún área de tu vida: pareja, trabajo, amigos, ocio para evitar «entrar» en tus propias inseguridades tapándolo con la máscara de una eficiencia que finalmente es poco útil o usar el enfado para no sentir tristeza.
  8. Hablar de lugares comunes para supuestamente empatizar, teorizar o dar vueltas y vueltas a palabras vacías que ocupen espacio en tu discurso para disminuir la sensación de incapacidad.
  9. Poner el foco en el pasado o en el futuro de forma automática para evitar tomar decisiones y responsabilidades en el presente o explicar todo lo que «has hecho» en vez de expresar tu deseo o necesidad.
  10. Usar la elegancia impertinente para ganar una autoridad que no has alcanzado, quedarte en silencio para llamar la atención o para no verte en el apuro de dar tu verdadera opinión.

Uff y ¿qué hacer con todo esto?

El camino de vuelta a casa:

  1. Piensa que todo empieza con una sensación corporal, algo pasa en el ambiente que impacta en tu cuerpo. Este paso es fundamental porque si tienes poca práctica sólo necesitarás tiempo y:
    • No hay que tomar decisiones rápidas
    • Permítete experimentar y ubica qué está pasando en tu cuerpo, ponle nombre a la sensación: calor, frío, tensión, relajación, etc.
    • Permanece en la sensación aunque no sea agradable, es simplemente tu físico que quiere que le escuches.
  2. Siente y escucha qué emoción se forma después de las primeras sensaciones,  no tengas miedo sin son desagradables ni prisa por «tener que hacer algo».
  3. Comprende qué necesidad estás viviendo y elige cómo cubrirla de forma sana.
  4. Después, estarás listo/a para relacionarte con el otro porque has gestionado primero lo que te pasa a ti. Llegarás a la comunicación con los demás con «los filtros» más limpios para poder escuchar, compartir y disfrutar.
  5. Repite estos pasos cada vez que sientas que «salta tu automático», con el tiempo verás como aumentará la conexión contigo mismo, con tus verdaderas necesidades, verás con mayor claridad tus emociones y tendrás además un plus: aumentará tu capacidad de experimentar las emociones positivas, relativizar el impacto de las negativas y abrirte a nuevas experiencias.

¿Cuál de estos errores notas que se repite más en tu vida? ¿Cuál sería tu siguiente paso para conectar más y mejor contigo mismo?

Déjame tus comentarios.

Me encantará leerte.

Un abrazo

Domingo

Descubre cada jueves contenidos exclusivos que te mostrarán la estrecha relación que existe entre tu imagen y tu interior. Únete y accede ahora a la Guía de Desarrollo Personal a través del Estilo con 5 Pasos para recuperar la conexión contigo mismo y encontrarle sentido a tu Presentación ante el Mundo

14 COMENTARIOS

Comentarios

  1. Pilar dice

    Hay mucho en este artículo que te hace pensar. Y es que me pregunto cuántas y cuántas veces vivo o he vivido las emociones desde la razón, es una manera de estar en paz con el exterior. Pero ¿qué pasa con tu paz interior? Ahí la tienes, abandonadita y hecha un asco, arropada por la otra que aparentemente te reconforta…
    Menos mal que siempre puedes hacer un alto en el camino y cambiar de dirección.
    Gracias.

  2. Fabiola dice

    Hola buenos días gracias por mandarme esta información que habla sobre nuestros sentimientos y la manera de reaccionar ante alguna situación.

  3. Ana Bermejo dice

    Como siempre este recordatorio llega a mi vida a su tiempo. Para mí este confinamiento me ha servido para eso. Me he permitido escuchar a mi cuerpo más si cabe, saber qué alimento consciente le doy a mi cuerpo y a mi mente e implementar en mi vida aquellos rituales que resuenan más conmigo y me permiten mantenerme en esta conexión con mi centro, con mi esencia y así poder mostrarme desde mi Valor, la Autenticidad.

    Gracias Maestro por tus maravillosos post que nos recolocan, nos hacen reflexionar y evaluarnos.

    Te mando un abrazo enorme, Domingo.

    • Domingo Delgado dice

      Querida Ana, un gusto verte de nuevo por aquí. Qué bueno que tengas ésa conexión con tu cuerpo, sin duda es lo que más nos permite ser conscientes y también expresarnos. Gracias por pasarte por aquí para compartir. Un abrazo fuerte!

  4. Mónica dice

    Hay una situación muy concreta en mi vida en la que siempre intento justificarme. Es automático. Mi mente comienza a buscar razones que me excusan y que explican mi comportamiento. He llegado hasta ahí y ahora intento averiguar qué hacer con eso.

    Gracias Domingo. Como siempre, tus posts ayudan mucho.

    • Domingo Delgado dice

      Querida Mónica, es muy bueno que lo tengas identificado, no te agobies. Quizá te pueda ser útil «entrar» en la emoción que sientas «si no te justificases», ella te contará qué necesitas para avanzar. Lleva su tiempo pero ya sabes que con paciencia y compromiso ese «contacto» te dará las respuesta. Me alegra verte de nuevo por aquí y siempre con tantas ganas de crecer. Gracias a ti. Un abrazo fuerte!

  5. Gusleyma dice

    Me encanta tu contenido Domingo estoy suscrita y vibro contigo y todo lo que compartes, el tema de la imagen siempre ha estado ligado a mi crecimiento y trabajo personal y de hecho considero que muchas cosas sanamos a traves de la imagen ya que es por el ojo donde percibimos la mayoria de nuestro mundo, Gracias por compartirlo.

  6. Carmen jimenez dice

    Gracias Domingo..soy asidua lectora de tus contenidos ,aunque nunca había escrito un comentario (este es el primero),lo hago para agradecerte mucho mucho. Soy diseñadora y en este campo me han ayudado mucho a encontrar un poco de balance entre lo que soy y lo que quiero realmente.
    Seguire leyendo tus contenidos.Gracias por compartir.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *