¿Eres consciente de la Imagen que proyectas?

Todo comienza cuando has quedado con un amigo, te llama por teléfono para preguntarte a qué hora vas a llegar y le dices que te estás preparando y que llegas en 10 minutos; pero en realidad no has salido de la cama… Luego se te ocurre enviar un whatsapp para decirle que te has encontrado tráfico y en realidad estas bajando por las escaleras….

Y así hasta continúas hasta crear una bola de nieve, llegando 40 minutos tarde porque hubo un problema en el metro; compartiendo que en realidad todo va bien en el trabajo y estás tranquilo, cuando económicamente estás en números rojos y has tenido que pedir un préstamo a tu familia… y así sucesivamente.

– Coherencia Pienso-Siento-Hago. Observa la coherencia entre lo que piensas, lo que sientes y lo haces. ¿Se corresponden? Si encuentras diferencias y sabes que esto provoca conflicto en ti proponte la semana de la Honestidad. No consiste en ser honestos con los demás, eso lo haremos después…

Comienza por ser honesto contigo mismo. Sabemos que buscar una receta mágica no es una solución para todo lo que podemos llegar a ser pero éste será un buen ejercicio para mejorar la relación con tu potencial. La honestidad abre caminos, y la imagen real empieza por dentro.

– La verdad sobre tu profesión. Todos sabemos que es mejor contarle a nuestro amigo verdades «bonitas» y no saturar con nuestros problemas. Ahora, el ejercicio de una sana honestidad y ser transparentes no significa cargarle con un peso que no le corresponda.

imagen-mentiraO por otro lado fingir la mascara del falso positivo. Muchas veces nos escudamos en la profesión para no mirar otros aspectos de nuestra vida como nuestra salud, los afectos, o nuestros verdaderos sueños. Y sólo hablamos de ello como si nos fuera la vida en ello. Ábrete a mostrarte tal y cómo eres y verás los grandes resultados que puedes obtener, eso sí, respetando siempre a los demás y sabiendo que lo que expreses podrá ser reconocido o no por el otro.

A veces incluso creamos una apariencia de éxito que dista mucho de la realidad del día a día, pero parece que «vende» un fantástico: «Todo va bien».

Escucha tus verdaderas necesidades y comienza tu catedral por los cimientos.

– La realidad de tus relaciones. La potencialidad de tu Ser parte de reconocer lo que hay, tal cuál es. A veces pensamos que el reconocimiento de nuestras imperfecciones nos sitúa en un escalón por debajo, o en un lugar de fracaso.

Todo lo contrario; el reconocimiento asertivo de lo que te ocurre, te hace fuerte. Lo que «no miras», se pone detrás de ti y llega un momento que puede convertirte en «el personaje de ti mismo». Hay mucha más riqueza en la persona que eres que el rol o disfraz que puedas adquirir para salir adelante.

– La relación con tu cuerpo. Con las ventajas de cada estación, la moda, o cualquier otra excusa puedes dejar de darle un lugar a tu bienestar, dejando de observar tu relación con la nutrición, la gestión del estrés, el sueño, etc y taparlo o no querer mirarlo porque «tienes otras prioridades».

¿Cómo te relacionas con tu cuerpo? ¿Sabes escuchar sus mensajes? En cierta ocasión escuché una preciosa cita: «El cuerpo no juzga, sólo se expresa». Y con lo amable que es contigo, ¿tú le escuchas?

Detrás de los malestares físicos hay información sobre tu relación contigo y con el entorno. ¿Con qué se relaciona ese eterno dolor de cabeza, la extraña urticaria o tu caída del cabello?

Siempre es más fácil dar la respuesta biológica o médica. Ahora, todos tus sistemas se han puesto de acuerdo para expresar en el físico lo que ordena el Sistema Nervioso Central. Más adelante hablaremos en profundidad de ello. Si te apetece introducirte en los mensajes del cuerpo, te recomiendo un gran libro: «La enfermedad como camino» de Thorwald Dethlefsen y Rüdiger Dahlke

– Tu forma de vestir. La imagen ideal está directamente relacionada con la indumentaria. ¿Qué es lo que nunca dejarías de hacer con tu vestuario? ¿Para qué es útil vestir como vistes? Utilizas el vestuario para compensar tu estado de ánimo, para buscar el piropo del día, para manifestar que la imagen externa te da igual, o ¿para qué?

La proyección externa puede reforzar tus valores más importantes. Ahora, ¿tienes claros cuáles son tus valores irrenunciables? ¿Estás seguro que tu apariencia potencia quién eres tú? ¿tu imagen es auténtica o copiada?

– Tu forma de hablar. Lenguaje, Tono y gestualidad, son aprendidos en un alto porcentaje del círculo familiar y son transformados progresivamente según nos desarrollamos como personas. La expectativa que tienes sobre cómo quieres ser percibido influye directamente en ello. También la necesidad de pertenecer a un grupo, del cuál formes parte o quieras hacerlo. Todo esto deja huella en tu comunicación y es el chivato de tus deseos de «ser o parecer». Ya que están ahí estos mensajes: escúchalos.

¿Tu comunicación es Auténtica? Observa tu lenguaje y tu comunicación consciente.

La Comunicación no verbal es más limpia y la que nos deja desnudos. Si hay contraste entre lo que dices y lo que expresa tu cuerpo observa que quiere decir cada parte. Luego, «siéntate» con ambas partes y negocia un buen lugar para ti.

Reflexionemos sobre cuanta verdad hay en la relación contigo, con quien eres honestamente, con la percepción de tu cuerpo y sobre todo: la imagen final de tu estilo de vida.

Te animo a cuestionarte tu forma habitual de comportarte y qué valores hay detrás de ello. Encontrando un buen lugar para ti y entusiasmándote por las oportunidades de poder cambiar y desarrollar un vida realmente original.

Comparte conmigo tus comentarios, será un honor leerlos.

¡Que tengas una semana muy auténtica!

Un abrazo

Domingo Delgado

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