¿Por qué no eres sólo tu cerebro?

Tenemos claro que somos más que nuestra cabeza; tenemos emociones y vivimos en un entorno que nos influye y nos afecta.

Algunos científicos han investigado cómo el cuerpo por sí mismo influye en nuestra mente y esto tiene muchos niveles de profundidad. Adam Galinsky, Lakoff y otros autores han descubierto como el físico afecta a la forma de comprender el mundo.

De una forma simplificada y que nos sirva para nuestro día a día, me centraré hoy en ofrecerte unos ejercicios sencillos de movimiento corporal inspirado en los trabajos del Integration Training Institute de UK.

Si para comprender el mundo, necesitamos experimentarlo ¿qué mejor que ponerse manos a la obra?

Tu forma de pensar está influenciada tanto por la forma de tu cuerpo como por las experiencias puramente físicas y el movimiento. A su vez tu expresividad y la imagen que proyectas es un reflejo del concepto que tienes de ti mismo y puedes intervenir en tu comunicación no verbal para mejorar la relación contigo mismo y con los demás.

Tus características físicas y cómo las usas; movimiento, gestualidad, expresividad influyen en tu capacidad de:

  • Recordar
  • Juzgar
  • Tomar decisiones
  • Razonar
  • Sentir
  • Comunicar

Partiendo de la idea de que te mueves «tal y como crees que eres», observa cómo reaccionas a estas

6 polaridades del movimiento:

  • Cantidad de movimiento vs Ausencia de movimiento:

¿Conoces a alguien que no para de moverse al comunicarse? Mientras que el abundante movimiento al hablar y caminar reflejan la capacidad de expresión, locuacidad, impulso y necesidad de transmitir un mensaje personal; también proyecta dispersión, falta de foco y extravagancia.

Si tu cantidad de movimiento corporal normalmente es poco o casi ninguno al comunicarte, más pequeño, simplificado y lento, te habla de la capacidad de reflexión y profundizar en conceptos abstractos, meditar y saber hacer un alto en el camino. También proyecta una separación del entorno, dificultad en las relaciones interpersonales y falta de asertividad.

  • Ligereza vs Pesadez:

Cuando se percibe sutileza y levedad en el movimiento corporal, tu cerebro se prepara para pensamientos también más ligeros, te incita a experiencias y estados de ánimo como el humor, el juego y la alegría. Por contrario en exceso puede llevar a la superficialidad, la dispersión y falta de poner los pies en la tierra.

Si observas en ti un movimiento más lento y grave, que sepas que está relacionado con seriedad, la búsqueda de integridad e incluso liderazgo. Si la carga en tu caminar es muy pesada puede estar transmitiendo desazón, culpa o incapacidad de cambio.

Lo importante pesa y lo superficial es más ligero.

  • Movimiento directo e indirecto:

Básicamente si cuando caminas sigues una línea muy recta e intencional refleja el impulso para conseguir los objetivos, tener claridad de pensamiento y concretar la atención de tu percepción y el foco para llegar a las metas que te propones sí o sí. En su cara «B» este tipo de corporalidad lleva a sentimientos más agresivos y cerrazón mental.

El movimiento indirecto o circular; ése que adquirimos cuando vamos más despreocupados por la vida fomenta las habilidades de flexibilidad, adaptibilidad; nos hace poner énfasis en la importancia del proceso más que de los resultados, gozar de la vision global de nuestros asuntos y tener amplitud de miras. En su sombra puede llevarnos a la dispersión, pérdida de foco y complicar nuestra mente con demasiadas opciones de pensamientos.

  • Movimiento Repentino vs Continuo:

Movimientos rápidos, súbitos y precipitados incitan a alcanzar metas rápidas, vivir emociones repentinas y actuar con celeridad. En exceso, engancha a tu mente al refuerzo fácil e inmediato.

Cuando tu forma de caminar y tus gestos expresan continuidad como si uno llevara de la mano al otro en cada paso, despiertas la capacidad de persistencia y activas el compromiso con tus elecciones; refleja el foco a largo plazo. En su parte negativa o en exceso, es un movimiento que «se engancha» a las emociones, fomenta la incapacidad de tomar decisiones si la demanda del entorno es inmediata e inspira el exceso de sacrificio para conseguir los objetivos personales.

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  • Integrado vs Desintegrado:

El movimiento integrado responde a la sensación de unidad al caminar y gestualizar; refleja cada parte del cuerpo e incluso una voz y un tono que están en armonía  y una comunicación que expresa autenticidad, confianza y valoración por uno mismo y por los demás. En su parte negativa y cuando hay tensión proyecta una imagen narcisista y desapegada.

Al contrario cuando la gestualidad y forma de caminar es desintegrada; como si los brazos fueran por un lado, la voz por otro, invita a tu mente a la curiosidad e invoca tu capacidad de exploración desde distintos puntos de vista y dudar del estatus quo. En exceso fomenta sentimientos de vulnerabilidad y desconfianza hacia uno mismo y con los demás.

  • Libre vs Controlado:

Se ve muy bien cuando alguien está cómodo con como es y expresa un movimiento y unos gestos libres que le impulsan a vivir estados de fluidez, dejarse llevar pero respetarse a uno mismo y expresar con respeto las características individuales. En su parte limitante puede motivar tanto a la individualidad que inspire pensamientos y acciones poco ecológicas que desprecien el impacto de las propias conductas en los demás.

El movimiento controlado incita a tener comportamientos cuidadosos y ordenados, estar pendiente de las reglas sociales para adaptarte con pulcritud al medio y encajar. Cuando nada queda al azar y se pone mucha atención a «lo correcto» también puedes correr el riesgo de tensarte, sentir miedo o falta de valoración, encorsetando también tus ideas y emociones.

De cada polaridad:

  • ¿Cuáles han sido más familiares para ti?
  • ¿Cuál te hace sentir mejor? ¿Y peor?

Observa los extremos para conocer qué comunica tu cuerpo, qué aspectos de mismo refleja y cómo puedes equilibrar tu movimiento corporal para elegir tu forma de pensar.

Básicamente podrás verte muy reflejado, en un punto medio o en el extremo. En cualquier caso busca experimentar los dos polos para saber cómo reaccionas y buscar el equilibrio de tu movimiento.

¿Cómo practicarlo?:

  • Observando tu forma de caminar y experimentando nuevos movimientos.
  • Exponerte a deportes que trabajen las distintas polaridades: Ballet Clásico vs Karate, Pilates vs Jogging, Meditación vs Río Abierto, etc
  • Practica con tu gestualidad y explora nuevas formas de expresarte.
  • Presta atención a qué ambiente y entornos de tu vida te llevan a expresar una u otra polaridad. Será muy interesante ver cómo también recrean en ti determinado tipo de pensamientos y emociones.
  • Si hay un movimiento muy marcado, revisa tus Heridas Emocionales están canalizadas.

El objetivo final de trabajar con el cuerpo con estas claves es el de la búsqueda de equilibrio, aprender a comunicarnos mejor, ser consciente de que nuestras percepciones y acciones influyen en el entorno y respetar a los demás en su proceso de auto-conocimiento.

¿Qué movimiento es más habitual en ti? ¿Cuál te gustaría poner en práctica

Me encantará leer tus comentarios.

Un abrazo

Domingo Delgado

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