No hay proceso de desarrollo personal tan enriquecedor como el vivido en grupo.

Cuando participamos de una actividad de auto-conocimiento con otras personas tenemos la oportunidad de potenciar nuestros resultados gracias a un factor extra. Todas las individualidades se suman creando una energía adicional que permite que los procesos de cambio sean más potentes.

Valores de base:

De alguna forma, cuando decides incluirte en un grupo de este tipo ya tienes algo en común. Por un lado el objetivo de la actividad y por otro la visión compartida. Por la experiencia con distintos colectivos he tenido la oportunidad de vivir experiencias con ellos para redescubrir principios y valores personales. En la mayoría de los casos los valores principales del grupo han coincidido en un alto porcentaje. ¿Por qué?

Fuerza del grupo

Confianza y Seguridad:

Cuando compartes en grupo y se ha establecido un marco de confianza y seguridad para poder expresar lo que te está ocurriendo, llega un momento en que se alcanzan cotas de confianza parecidas a una familia. Este fenómeno es un hecho precioso que nos recuerda nuestra capacidad de cohesión con otras personas y el respeto profundo por la realidad de otros.

Estableciendo objetivos no-competitivos, trabajando en grupo sin perder la atención en la experiencia individual, comprometiéndonos con la aceptación incondicional y la no-comparación… respetando estas reglas marco, se consigue un entorno de desarrollo.

Confidencialidad:

Un espacio seguro es la clave para detonar el cambio y sentir que las demás personas también están ahí para apoyarte. Las características de la relación de apoyo aportan una fuerza especial que te impulsa a generar en cambio en ti.

Espejo:

Ni qué decir tiene que escuchar las experiencias de los demás nos conmueve. De alguna forma, en los grupos de crecimiento personal da la sensación de que cada uno de los participantes son una parte de tu realidad. ¿Cómo? Quizá porque hayamos vivido algo similar, porque nunca hemos vivido sus hechos y nos sorprende y aporta, o por una mezcla de ambas.

Sostén emocional:

Siempre es más fácil salir de la zona de confort cuando sabemos que nuestros compañeros pasan por un proceso similar. La visión compartida aporta un marco de referencia que sostiene tanto a la persona como al grupo en sí mismo.

Las 5 emociones básicas son comunes a todos y todos sabemos de forma natural lo que provocan generando empatía por el grupo.

La Imagen de grupo:

La experiencia conjunta y las personas que la componen generan una imagen interna que actúa en todos a nivel inconsciente, de manera que no sólo se vive un proceso personal sino un cambio colectivo que a su vez afectará al entorno social.

Toda una experiencia sistémica que te animamos a experimentar.

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Un abrazo

Domingo Delgado

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