El entorno empresarial cambia y nuestra imagen profesional también.
Durante décadas el Estilo Tradicional y el Estilo Elegante han sido las expresiones que más se han asociado al poder, la confianza, el prestigio y la confiabilidad laboral del global de las organizaciones más reconocidas.
Algo curioso es que nos hemos uniformado para representar valores sólidos, homogeneidad, solidez y profesionalidad. ¿Habría alguna otra opción?