«¿Has visto qué pintas lleva ése?..» «¿Será posible que se haya atrevido a salir así de su casa?»…»Hay qué ver como va la gente por la calle…» «Es increíble…seguro que piensa que su look es lo más…»

Confiesa. Alguna vez te has pillado escuchando ésa voz que se abalanza sobre ti y te lleva hacer juicios sobre la apariencia de los demás y seguro que hay un tipo de estética concreta que despierta en ti el «Atila pre-juicioso».

Haya lo que haya detrás de la imagen de otras personas es posible que tu alarma dispare la molestia y el enfado por cómo se expresan los demás ante el mundo. Cuando notas que se acumula esta tensión en el tiempo, se hace más grande tu rabia o te das cuenta que ya es un poco irracional: revisa ti tienes un resentimiento sin canalizar.

En el fondo, tu reacción tiene que ver con el choque de valores entre los que tú interpretas que tienen ésas personas y los tuyos aunque hoy nos acercaremos a ello de forma práctica para ayudarte a ver cómo la distancia entre el Tú Real y el Tú Ideal es la que te hace sentir ése resentimiento: sentimientos o actitudes de hostilidad que saltan en automático ante determinadas situaciones o personas.

¿De dónde viene todo esto?

  • Igual que te conté con la culpa; el resentimiento también nos habla de imágenes internas que tenemos de los demás. En base a tus propias creencias construyes también un Ideal sobre «cómo debería ser tu familia, pareja, amigos o la cajera que te pesa la fruta en el supermercado, el casero de tu piso o tu blogger favorito».
  • El resentimiento surgió en el pasado por el enfado no resuelto con alguien importante para ti. Tan importante como grande sea tu rencor o intolerancia que hoy, proyectas en los demás. Si esperabas que tus padres comprendiesen que tú siempre has querido ser artista en vez de abogado, que tu hermana pequeña siga tus consejos o que tus colegas estén siempre disponibles para escucharte…estás manteniendo expectativas que no se cumplen como deseas.
  • Y es normal porque todos tenemos un comportamiento variable y esperamos cosas de los demás. Lo que pasa es que si no desenmarañas ésos nudos y prestas atención sólo a lo que esperas tú y finalmente no sucede, extenderás el resentimiento a todo lo que se mueve, callando el rencor que sientes porque el otro no cumple con lo que tú esperabas.
  • Esperar atención de los demás, que se comprometan contigo o que fulanito de tal cubra las necesidades que crees que debería cubrir de forma natural y no sucede puede ser una trampa.
  • Si es del pasado piensa que en aquel momento no tuviste recursos para gestionarlo y te lo tragaste como una aceituna que se escurrió por tu garganta y aguantaste el tirón.
  • Esa presión genera hoy un patrón de conducta que habla de esa herida emocional sin curar. Pero hoy puedes sacar esa pepita.
Resentimiento

¿Qué hacer?

  • Canaliza tus emociones bloqueadas:
    • Si estás hasta arriba de enfado porque tal persona te falló, porque tu jefe no supo gestionar tu talento o porque el mundo debería ser más rosa, plantéate parar y ver de dónde vienen todas esas limitaciones, si son reales y cuánto está en tu tejado que puedas cambiar (profundiza en el origen de tu enfado)
  • Ojo con generar expectativas:
    • Sí, todos lo hacemos. Ahora, si de antemano eres consciente que no todo el mundo se comporta igual que tú, que la gente tiene derecho a cambiar de opinión y te entrenas en Asertividad, las cosas cambiarán y sentirás menos tensión. Prueba.
    • Si generas expectativas: ¡Comunícalas! Cuantas veces nos hemos visto en pareja tirándonos los tratos a la cabeza sobre asuntos que nunca se han hablado y cada uno encerrado en su opinión. Esto se arregla compartiendo las respuestas a:
      • ¿Qué espero yo de ti?
      • ¿Qué esperas tú de mi?
      • Aplicable a cualquier relación 😉
    • Pídele al otro que te diga también lo que espera de ti aunque ponga cara de extrañeza. Al rato se pasa.
  • Respeta la Imagen de los demás y si no puedes: Háztelo mirar.
    • Cuando algo te molesta de la apariencia de tus vecinas, de cómo viste la gente que pasea por el centro o de la imagen externa de las personas del barrio de lujo de tu ciudad, pregúntate:
    • ¿Qué hay detrás de lo que critico?
      • Si te incomoda la sencillez del Estilo Natural: mira a ver cómo es de sólida la confianza en ti.
      • Si te pone de los nervios la corrección del Estilo Clásico: observa qué tal te llevas con las normas y la estabilidad.
      • Si te increpa la selectividad del Elegante: date cuenta de cuánto te permites «elegir» en tu vida.
      • Si te desborda la calidez del Romántico: mira cómo andas de comprometido con tu verdadero talento y la conexión altruista con los demás.
      • Si no puedes con la presencia del Seductor pregúntate cómo estás de seguro con tu físico tal y como es.
      • Si te estresa la libertad del Creativo, pues eso: observa cuánto te permites ser original.
      • Si detestas el impacto de lo Dramáticos: mira a ver si tu autoridad personal está secuestrada.

Y así, un largo y maravilloso etcétera para que cuando vayas por la calle no dejes de ver las mil y una oportunidades de desarrollo personal en cada choque que te pase: hay información sobre ti.

Si tu resentimiento viene de una figura del pasado:

  1. Identifica bien con quien o quienes
  2. Detecta qué expectativas o imagen tuya no cumplió.
  3. Reconoce qué hubieras necesitado expresar que no comunicaste
  4. Haz algo hoy al respecto si es posible, si no, hazlo simbólicamente contigo.
  5. Pon solución a los temas pendientes de la mejor forma que puedas.
  6. Llévate el aprendizaje en tu mochila por si en el futuro de diese una situación similar.

En el post de «Cómo salir de la lucha por ser perfecto y dejar de sentirte culpable» te hablaba del C.A.P de pasado pero también puedes aplicarlo al futuro para que pongas suelo y plan para caminar y desarrollar tu legítima autenticidad sin pellizcar a los demás.

¿Cómo funciona?

Así:

  1. Comprométete: esto funciona si te pones a ello full-time. Como cuando coges el bolso antes de salir de casa todos los días. Acuérdate de coger las gafas de coaching de imagen y póntelas siempre que las necesites.
  2. Sé Asertivo: contigo y con los demás.
  3. Sé Proactivo: ¡mueve el culo! Si te pones a ello aunque te salga rana al principio. Con la práctica y la repetición constante, el cambio en ti se dará y obtendrás resultados seguro.

Y lo más importante, conseguirás que tu resentimiento no viva por ti, te sentirás más libre y disfrutes de la preciosa diversidad que hay ahí fuera.

Recuerda que la imperfección de los demás nos recuerda la nuestra y reconocerlo nos hace más humildes y generosos.

Espero que te haya sido útil.

Comparte tus descubrimientos en los comentarios de más abajo.

Un abrazo

Domingo Delgado

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2 COMENTARIOS

Comentarios

  1. Mónica dice

    Hola, me gusta leerte, yo que estoy pasando por ansiedad, debido que ves que tu hermana se porta mal con tu madre,es muy egoísta,la desquicia,le grita,que haces?Es muy complicado,te sientes impotente,tiene mucho carácter,yo muy tímida, no te atreves a decirle nada,y que tu madre no quiere que le digas nada.

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